Sauron murió en la Guerra del Anillo que tuvo lugar en la Tercera Edad de la Tierra Media. Después de su muerte, la mayor parte de su ejército orco fue destruido en las Puertas Negras y en Mordor. Sin embargo, en algunas áreas de la Tierra Media, como las Montañas Nubladas y las cavernas naturales, sobrevivieron. Principalmente porque no dependían mucho del Señor Oscuro Sauron.
Los orcos podían procrear por sí mismos, lo que los hacía autosuficientes. Sobrevivieron hasta la Cuarta Edad pero perdieron la dirección y el propósito de sus vidas. Principalmente porque fueron privados de la magia (su energía Vala y Maia) de Sauron. Algunos creen que fueron confinados a un pedazo de tierra que les asignó el rey Aragorn cerca del lago Nurn en el sur de Mordor.
Esta zona era su tierra natal y les negaba el acceso a Gorgoroth.
La conclusión es que los orcos no eran inherentemente una raza malvada, sino que se transformaron en una. No conocían otra forma de vida ya que su único propósito era luchar por sus señores oscuros. Entonces, se cree que mejoraron moralmente después de estar alejados de la influencia satánica.